Ideario

SOMOS una organización apostólica-social de trabajadores, por cuya dignidad y derechos lucharemos incansablemente.

2.- BUSCAMOS el encuentro de los trabajadores con Cristo, mediante el desarrollo perfecto, natural y sobrenatural, de la propia personalidad.

3.- NOS exigimos y pedimos a todos los demás trabajadores, conciencia de la responsabilidad como miembros activos de una sociedad humana y sobrenatural.

4.- NOS proponemos la renovación cristiana de las estructuras sociales, mediante la capacitación adecuada de promociones de trabajadores, que actúen plenamente entregados a esta empresa.

5.- NOS obligamos a no descansar jamás, luchando para que los trabajadores tengamos el puesto de honor que nos corresponde y se nos exige en la Iglesia y en la sociedad humana.

6.- EXIGIMOS para la familia cuantos medios necesita como institución básica de la sociedad para la educación humana y cristiana.

7.- DEFENDEMOS para la mujer un puesto de igualdad con el hombre, en su actuación social y cristiana.

8.- ASIGNAMOS a nuestras juventudes un puesto de honor y de grande esperanza.

9.- NOS consideramos miembros militantes de la Iglesia, siempre en línea de vanguardia, sin cobardías ni respeto humanos.

10.- CON sumisión filial a la autoridad de la Iglesia, infalible en su destino y magisterio universal, defenderemos valientemente las directrices que marque.

11.- NOS sentimos íntimamente doloridos ante la descristianización de nuestros compañeros de trabajo.

12.- NOS sentimos en el mundo del trabajo ejecutores del testamento de sangre de Cristo trabajador.

13.- NO nos conformaremos egoístamente con salvarnos cada uno de nosotros, necesitamos la salvación de todos nuestros hermanos trabajadores.

14.- LUCHAREMOS con nuestro testimonio y con nuestra acción apostólica por la moralización de los ambientes de trabajo, para que el materialismo no destruya la dignidad del espíritu.

15.- AFIRMAMOS que el trabajo en todas sus formas es la virtud humana más fundamental.

16.- El trabajo nos hace semejantes a Dios en su acción creadora; nos redime, santifica y tiene valor eterno como acto de amor a Dios y al prójimo. El trabajo nos hace

17.- NO toleramos que nos consideren como instrumentos mecánicos de producción, olvidando que somos, ante todo, hombres, hijos de Dios y con un destino eterno.

18.- QUEREMOS una mayor cultura humana y técnica para que nuestro trabajo sea más útil a la sociedad.

19.- NUESTRO trabajo no está al servicio del egoísmo, sino del bien común, y afirmamos que quien no hace producir sus propios talentos, traiciona a Dios y a la sociedad.

20.- PROPUGNAMOS una justa participación en la riqueza que producimos y, afirmamos que defraudarnos en nuestros derechos sagrados es un delito contra la dignidad de la persona.

21.- NO admitimos ninguna tutela que nos considere incapaces de luchar cristianamente para conseguir nuestros derechos indiscutibles.

22.- PEDIMOS la supresión de privilegios y concesiones exclusivistas que destrozan el orden económico, social y cristiano.

23.- CONCEBIMOS la empresa como una comunidad de personas encaminada al bien común y regida por la moral y el derecho.

24.- PEDIMOS una organización del trabajo en la empresa que permita al trabajador su iniciativa personal ejercida con sentido de la responsabilidad.

25.- NO podemos tolerar la explotación de los trabajadores por parte de las empresas, con salarios insuficientes y mínima participación en beneficios, causado todo ello o no, por la autofinanciación.

26.- PROPUGNAMOS un sistema de Seguridad Social total que garantice vida digna a los trabajadores y a cuántos de ellos dependen, sin gravamen injusto de ninguna clase.

27.- DEFENDEMOS un sistema de asociación laboral auténtica, representativa, responsable y libre.

28.- CONSIDERAMOS que el sentido de responsabilidad ha de ser código de honor sindical: de los dirigentes ante sus representados y del sindicato ante el bien común.

29.- ACUSAMOS de traición a cuantos trabajadores, por coacción o por propio interés no defiendan, en sus puestos de responsabilidad los derechos de sus hermanos.

30.- TODOS los medios justos, sin excepción de ninguno, debe estar a nuestro alcance para defender nuestros propios derechos.

31.- EN nombre de la caridad cristiana condenamos la lucha de clases por inhumana, pero reivindicamos una mayor justicia que acorte las distancias entre los hombres.

32.- ACTUAREMOS incansablemente para que cada trabajador tenga una conciencia individualizada de sí mismo y que no sea víctima de la despersonalización de las masas sin alma.

33.- AFIRMAMOS que el esfuerzo económico de la sociedad para una mayor capacitación de los trabajadores, es una inversión necesaria e ineludible para el bienestar nacional.

34.- NADIE por su cuna o por su fortuna debe ser privado de sus valores humanos para vivir y dirigir los problemas de la vida pública.

35.- LAS Hermandades del Trabajo nos comprometemos a promover una mayor capacitación profesional y crear cuantas obras sean necesarias para activar la promoción de todos nuestros hermanos.

36.- QUEREMOS un desarrollo económico-social que favorezca a los trabajadores en las zonas atrasadas y deprimidas.

37.- IGUAL que no toleramos la injusticia social y económica entre los grupos de una nación, no podemos tolerar tampoco la injusticia social entre los pueblos.

38.- ASPIRAMOS a una mayor igualdad económica, social y cívica entre los trabajadores de todo el mundo.

39.- PEDIMOS para el mundo del trabajo la presencia que se le debe en todos los problemas de la vida pública.

40.- RECLAMAMOS una distribución geográfica de la vida económica que haga de la emigración un derecho y no una necesidad.

41.- EXIGIMOS la máxima capacitación y protección para los emigrantes hasta que su vida quede plenamente normalizada.

42.- DEFENDEMOS y exigimos la indiscriminación entre los trabajadores inmigrados y nativos, cualquiera que sea su raza, religión y condición.

43.- NUESTRA voluntad es, al servicio de Dios, en la paz de la justicia, llegar a la mayor unión fraternal con todos los que se esfuerzan por el bien de los hombres.